La motivación te ayudará a dejar de lado la indiferencia, para conseguir aquel objetivo que te moviliza y te apasiona. Darás el paso a querer hacer, olvidándote del tener que hacer algo.
La motivación puede ser de dos tipos, positiva o negativa.
- La motivación negativa, es aquella que mantiene o modifica una conducta con un estímulo doloroso, físico o psíquico (desprecio, bofetada, una amenaza, un castigo,...)
- La motivación positiva, se puede subdividir en extrínseca (procede del exterior del sujeto) o intrínseca (estímulo que procede del interior del sujeto). Y esta, la motivación intrínseca es la motivación ideal.
La motivación intrínseca. La motivación interior.
Esta motivación proviene del interior, hace que encontremos la alegría y la pasión ante lo que hacemos, ya que la tarea en sí misma es la recompensa.
Si ante cualquier acción que realicemos en nuestra vida, personal o laboral, logramos encontrar un fin de esa tarea, habremos obtenido un porque de nuestras acciones. Si valoramos la finalidad, la satisfacción propia o ajena de nuestras acciones, hemos encontrado un propósito en aquello que hacemos.
Observa aquello que recibes por la actividad realizada, tiene mucho más valor que el dinero, el reconocimiento social, nuestra propia importancia,... habrás encontrado tu propia fuente natural de motivación.
"La felicidad no es hacer lo que uno quiere,
sino querer lo que uno hace"
Jean Paul Sartre.
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